“No era amor, era ansiedad con disfraz de mariposas”
Sobre relaciones tóxicas que se sienten intensas pero no sanas
Te acelera el corazón, te tiene pendiente del móvil, te ilusiona… y al rato te rompe. Lo llamas amor porque sientes mariposas. Pero las mariposas no deberían doler.
A veces lo que creemos pasión… es ansiedad con disfraz.
Te contesta, se desaparece. Te busca, luego se aleja. Un día te hace sentir la persona más especial del mundo… y al siguiente, como si no existieras.
Y tú ahí, adicta a los momentos buenos, justificando los malos, esperando que vuelva a ser como al principio.
Spoiler: no va a volver. Porque eso que mostró al principio fue solo la carnada.
El amor sano no te tiene en alerta.
No te deja con nudos en el estómago.
No te hace revisar si dijiste algo mal o si fuiste “demasiado intensa”.
Eso no es amor, es una montaña rusa emocional… y tú mereces estabilidad, no vértigo emocional.
Las mariposas no son señal de amor verdadero si vienen acompañadas de ansiedad, dudas y lágrimas escondidas.
El amor de verdad es paz.
Es calma.
Es sentir que puedes respirar tranquila, no que estás atrapada en un ciclo de emoción y sufrimiento.
Si te tiene más pendiente del móvil que de tu bienestar… ahí no es.
El amor no debería doler ni hacerte sentir insegura.
Tú no estás loca ni pides demasiado. Estás aprendiendo a no aceptar menos.
¿Te ha pasado algo así? ¿Confundiste intensidad con amor? Si esto te removió, guárdalo y compártelo con esa amiga que también necesita despertar. 🦋