Querida yo, deja de apretar tanto las riendas

Soy de las que necesita tenerlo todo bajo control. Planificar, prever, tener respuestas. Sentía que, si soltaba un poco, todo se desmoronaría. Pero, ¿sabes qué descubrí? Que la vida no siempre sigue nuestros planes, y eso no significa que esté mal. A veces, lo que no planeamos es lo que más necesitamos.

Hubo un momento, en pleno caos, donde entendí que no podía controlarlo todo. Que por más que lo intentara, la vida tenía sus propios tiempos, sus propios giros. Y aunque al principio me resistí, poco a poco aprendí que soltar el control no era rendirme, sino confiar.

¿Qué aprendí al soltar las riendas?

  1. La vida siempre encuentra su equilibrio. Cuando dejé de intentar forzar las cosas, empecé a ver oportunidades donde antes solo veía problemas.
  2. No tener todas las respuestas está bien. A veces, lo único que necesitas saber es cuál es tu siguiente paso. La claridad llegará cuando tenga que llegar.
  3. Confiar no es ser pasiva, es fluir. No se trata de quedarte quieta esperando que todo pase, sino de moverte con la vida, sin resistencias, sin querer controlar cada detalle.

Querida tú, deja de apretar tanto las riendas. Respira, suelta un poco y confía en que la vida también sabe lo que hace. Las mejores cosas llegan cuando menos las esperas.

Hoy, haz este ejercicio: piensa en algo que estás intentando controlar demasiado. Escribe qué pasaría si lo soltaras un poco. Luego, da un pequeño paso para confiar en que todo estará bien, incluso si no lo controlas.

sigue leyendo Querida Yo , soltar también es crecer

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *