Querida yo, no todo el mundo merece un lugar en tu vida

Hay amistades que te llenan de luz, y otras que, aunque no lo notes al principio, apagan poco a poco esa chispa dentro de ti. Durante mucho tiempo, pensé que debía aguantar ciertas actitudes por «lealtad» o porque llevaba años compartiendo mi vida con esas personas. Pero aprendí que no importa cuánto tiempo hayas conocido a alguien, si esa relación te drena más de lo que te nutre, no es una amistad, es una carga.

Una amistad tóxica no siempre es evidente. A veces son comentarios disfrazados de broma, críticas constantes o simplemente esa sensación de no ser suficiente cada vez que estás con esa persona.

¿Cómo identificar una amistad tóxica?

1. Te sientes juzgada o incomprendida. Si cada vez que compartes algo importante sientes que te juzgan o no te apoyan, esa amistad no está siendo un refugio seguro.
2. La relación es unilateral. Eres tú quien siempre escucha, apoya y da, mientras del otro lado apenas hay reciprocidad.
3. Te hace dudar de tu valor. Si alguien te hace sentir menos o constantemente cuestiona tus decisiones, es una señal clara de que esa relación no está alineada con tu crecimiento.

¿Cómo empezar a alejarte de una amistad tóxica?

• Pon límites claros. No tienes que justificarte. Un simple “esto no me hace bien” es suficiente.
• Da espacio para observar. A veces, tomar distancia te ayuda a ver con claridad cómo esa relación impacta tu vida.
• Rodéate de personas que te eleven. Enfócate en fortalecer conexiones auténticas que te hagan sentir valorada.

Querida tú, no te sientas culpable por alejarte de quien no suma. No todas las personas están destinadas a quedarse, y eso no significa que fallaste. Elegir tu paz siempre será la decisión correcta.

Hoy, reflexiona: ¿hay alguna relación que te esté drenando más de lo que te aporta? Si es así, pregúntate qué paso puedes dar hoy para priorizarte. Porque tu energía merece estar en quienes realmente la valoran.

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